En su tiempo mucha gente quiso ser Mario Conde, era el gran triunfador, el número uno en todo. Fue una forma de hacer banca, empresa y política agresiva y que se llevó muchas ilusiones por delante. Creo que también la suya.
Me resulta extraña su figura hoy. Acabo de ver la entrevista de anoche entera (aquí podeis ver un trozo) y la impresión es que es una persona coherente; su imagen, sus gestos, sus palabras, la comunicación verbal y no verbal están sincronizadas. Desde luego no nos muestra la imagen de hace 15 años, ya no mira de frente al entrevistador ni a la cámara, no busca seducir, no es insolente ante las preguntas. Si fuera verdad, que quizás lo sea, me gusta más (aunque no me termina de convencer)el Mario Conde de ahora. No me gustó nunca el anterior.
No sé si tiene razón, si la justicia ha sido muy dura con él, si él ha pagado por muchos otros que hicieron lo mismo y más. Me asusta el mensaje que dejó caer sobre la actual crisis económica (es lo que me hace dudar de si la imagen que está dando en las últimas entrevistas-también vi la que le hizo Jesús Quintero- es real o una pose) y que puede haber agujeros en los grandes bancos.
Eso sí, creo que hay otra forma de hacer empresa, de ganar dinero y de hacer política y me alegro de que terminara aquella época.
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