Alguien le dijo: quiere verte. Deprisa.
Aligeró el paso mientras seguía pensando en sus cosas. No es hombre de etiquetas ni nunca lo ha sido. Supuso que ella lo había llamado para hacerle algún comentario sobre el concierto que terminaba.
Siempre tan sencillo se acercó a ella, ínclinó la cabeza mientras le estrechaba la mano. Ella le saludó y él soltó: "Buenos días mi Reina". Levantó la cabeza al oir la fuerte carcajada del Rey.
Sí, acabo de ver la final de Roland Garros, a Nadal y a nuestra Reina y... aquí estamos recordando.
6 comentarios:
Si hablamos de la misma Reina, yo creo que a mí no me llamaría :-p
Yo, lo que no sé, si me darían la oportunidad de poder llamarle después de un concierto...
Me conformaría con ser capaz de sentir la música e interpretarla como Rostropovitch, o como Pau Casals, más nuestro
SAludos
Simplemente genial.
Me encantan tus recuerdos y tu capacidad de síntesis!.
En tres palabras me has hecho imaginar la situación.
Besos.
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