domingo, 3 de mayo de 2009

niño yuntero

Unos días de descanso en Extremadura. El 1º de mayo estábamos en Mérida y en la manifestación correspondiente. Es un momento duro con la crisis y una tasa de paro enorme pero ya quisieran en muchísimos países estar como nosotros, como los privilegiados europeos con nuestro estado del bienestar. Las marchas han sido pacíficas para la que está cayendo y bastante responsables.
Vi en las noticias que en Filipinas uno de los lemas era erradicar el trabajo infantil. Algo demasiado común en muchas partes del planeta. Vemos a nuestros niños y no somos capaces de imaginarlos con sus 5, sus 8 años trabajando de sol a sol en trabajos penosos en las minas bolivianas, recogiendo basura a cambio de un euro diario como en la India, prostituyéndose- sí, prostituyéndose- en Tailandia y otros lugares. Se nos rompe el alma solo de pensarlo.
Hace no mucho tiempo (menos de un siglo) un alicantino, un tal Miguel Hernández, ya hablaba de este tema, refiriéndose a niños europeos, a niños españoles.
Hace menos aún, un tal Victor Jara le puso música y seguía siendo muy aplicable a la situación latinoamericana. Lo sigue siendo aún, desgraciadamente.

Hoy, cuando venía de Extremadura, donde aunque más del 20% de sus trabajadores están parados se nota el proceso de cambio y hasta las Hurdes son ya una tierra habitable, escuchaba la versión de Joan Manuel Serrat que es la más conocida para mí.

Pongo otra más, la de Mocedades para ver si poco a poco se erradica el trabajo infantil del mundo.

Creo que en este asunto tenemos mucho que hacer, podemos hacer todos bastante. Lo primero no colaborando con los que explotan a sus hijos cerca de nosotros. No demos dinero a esos niños que mendigan en algunas calles (es cierto que cada vez se ven menos) y denunciemos la situación ante la policia o las autoridades municipales.
Leamos las etiquetas de las ropas, calzados,juguetes, perfumes... antes de comprarlas y si tenemos dudas de que hayan podido ser fabricadas por niños, para eso está internet, para buscar en las web de cada compañía si está en contra, si ante la duda deja de fabricar en ciertos países, incluso si no contrata proveedores que puedan aprovecharse de los niños. Preguntemos a esas empresas, mmostrémoslas nuestro malestar, dejemos de consumir sus productos si no nos dicen claramente que producen éticamente y con respeto a los menores.
Si todos lo hicieramos...

10 comentarios:

Anónimo dijo...

Lamentablemente ya colaboramos sin querer en eso.La mitad de ropas que compramos son producidas en alguna fábrica donde se explota a los menores.Ya se sabe, mano de obra barata....en fin....

A-B-C dijo...

... y también exigiendo a nuestro gobierno que deje de vender armas a países donde se utiliza a niños soldados o donde los niños van a ser víctimas directas del armamento que producimos aquí...

En países como el nuestro aún nos queda pendiente luchar contra el maltrato infantil, contra el abuso sexual de niñas y niños, contra la pederastía.

Desde luego muy de actualidad el Niño Yuntero. Y no comparto la idea de que colaboremos sin querer, nos es más fácil, eso sí y hablo por mí.

migrante dijo...

Victor Jara así como tantos otros siempre han denunciado en su música la problemática social.
Y yo sigo creyendo en la gente... en que algún día todo esto va a cambiar.
Mientras, comparto en no colaborar cuando es evidente que se está abusando de menores, pero... ¿estamos seguros en la veracidad de las palabras de las empresas que te dicen que no lo hacen?.
Bso.

Mannelig dijo...

Ay, derrotar a la pobreza...

En México, visitando una comunidad indígena de Chiapas, había muchos niños pequeños que nos seguían para vender pulseras trenzadas. Una cría llevaba atado a la espalda un fardo, y la guía nos explicó que era para acostumbrarse a cargar a su hermano. Luego, nos contó que el gobierno había enviado hace tiempo a expertos en trabajo social y médicos para concienciar sobre la escolarización y la planificación familiar, y los habían expulsado a palos del pueblo, porque "quiénes eran esos de la capital para venir a decirnos cuántos hijos tener y cómo cuidarlos..."

Gemma dijo...

Es que a veces la disyuntiva no es tan fácil Mannelig...es verdad que en determinadas cosas no tenemos derecho a intervenir con un proteccionismo caduco. Al menos por lo que yo conozco. En referencia a los Derechos Humanos, siempre hay que apostar por la total y absoluta protección, pero analizando las circunstancias de las personas. Hay que erradicar el trabajo infantil, por supuesto, pero a veces ese es el único salario que entra en una casa, porque el resto de sus integrantes están enfermos o no pueden trabajar temporalmente. Si quitas ese trabajo, cuatro personas dejan de comer, aunque suene muy monstruoso. Lo importante y necesario es proteger los derechos del niño y no olvidar a sus progenitores, facilitándoles -o intentándolo, al menos- un trabajo digno.

anselmo dijo...

Un tema muy peliagudo..y me temo que no hay alternativas...los gobiernos cierran los ojos.

migrante dijo...

Gemma lamento no estar de acuerdo en que los niños trabajen porque tienen a los mayores imposibilitados de hacerlo. Esos casos son una gran minoría, mínima, mínima, mínima.
En sudamérica, y sin ir tan lejos en el África, la situación es más compleja que eso.
Creo que le hayan contado eso a Manneling, así como también que, facilitándoles un ingreso para que dejen de ser recolectores (con la condición de enviar sus niños al colegio) te contesten "nunca, no voy a permitir que una maestra le indique a mi hijo que no tiene que venir conmigo a juntar cartones y que debe bañarse todos los días".
Y no es cuento, así piensan la gran mayoría de los que envían a sus hijos a trabajar o pedir limosna.

Perdón yoyoyo por "invadir" tu blog con este comentario, es que este tema sabes que me preocupa y mucho.

Bso.

Gemma dijo...

Gracias, migrante. La verdad es que yo nunca he dicho que el asunto fuera fácil (es lo primero que digo en mi comentario), ni tampoco que lo que Mannelig ha dicho no fuera verdad. Y, por supuesto, jamás he simplificado el problema del trabajo de los menores. Si relees mi comentario, hablo de la protección absoluta de los Derechos Humanos. Pero como en la vida nada es blanco ni negro -al menos para mí-, he querido poner mi opinión- también con conocimiento del asunto- encima de la mesa. Está en cada uno ver la realidad o no y sobre todo, en colaborar como se pueda para aunar voluntades y respetar los derechos de todos/as. Un saludo.

BIRA dijo...

Qué gratificante es pasar por tu blog y ver cómo, desde la serenidad, gritas al mundo que un futuro mejor es posible. El fin de la explotación infantil (sea de la índole que sea), la lucha en defensa de la mujer (y ya vamos por dos de los que casi siempre son los débiles) bien sea en Alemania bien en Afganistán... de verdad que si todos pusiésemos un poquito esto podría cambiar. Mala gente ha habido, hay y habrá siempre, y gentuza que se haga rica a costa de otros o que disfrute haciendo daño a alguien más débil también, pero quizás algún día los demás nos cansemos y decidamos alzar la voz con un hasta ya que deje tiesos a esa panda de filibusteros!

Un abrazo inmenso por tu ternura, por tu solidaridad y por la manera tan bella de decir las cosas (me estoy acordando ahora, por ejemplo, de lo bonito que has hecho el homenaje a Mari Trini).

Mannelig dijo...

Ciertamente, hay libros de texto económicos y sociológicos que "explican" el trabajo infantil como un recurso valioso, una inversión para la supervivencia a corto plazo de la unidad familiar, en lugar de la escolarización que se supone cortaría el círculo vicioso en el futuro (de los atavismos pseudoculturales o pseudoreligiosos de los que las niñas son las principales victimas, ya ni hablamos). El elevado número de hijos también se justifica teóricamente para tener más probabilidad estadística de que alguno sobreviva y pueda cuidar a los progenitores en la vejez.

Por experiencias de ONGs sobre las que he leído, se está intentando "incentivar" a los padres, pagándoles una cantidad compensatoria por la asistencia de los niños al colegio. Especialmente, a las madres, que a menudo son quienes han de sacarlos adelante solas. Se trata de una iniciativa que sigue la lógica anterior; el problema que le veo es que ataca apenas una de las causas del subdesarrollo, la formación del capital humano, y resulta por tanto insuficiente. El problema es bastante más complejo, sólo hay que comprobar que muchos de los emigrantes africanos que arriesgan la vida para saltar a Europa son personas con estudios: técnicos, licenciados..., sin futuro en sus países.

En resumen, por lo menos paliamos
la lacra de la explotación infantil, que es un paso importantísimo, no cabe duda, pero si nos paramos ahí, cuando sean adultos el problema permanecera.

Un saludo.