sábado, 4 de octubre de 2008

Violín con palo

Desde hace generaciones en mi familia cuando te haces mayor, unos 5 años, te preguntan ¿y tú que instrumento vas a tocar? No todos somos músicos profesionales, algunos ni siquiera somos capaces de sacar 3 notas seguidas al que elegimos pero lo bueno es que nos queda esa cultura musical que creo impregna nuestras vidas.
Cuando yo tenía esa edad mi padre pasaba por época roquera y tenía un “conjunto” así que mi respuesta fue el tambor. En el jardín de casa había una casita donde ensayaba el grupo y claro allí estaba permanente una hermosa batería que hizo las delicias de todos nosotros y nuestros amigos. Nos prohibieron la entrada cuando uno de mis hermanos (hoy violinista en una gran orquesta) se hizo un corte en la barbilla con uno de los platos.
Mi padre siempre dice que no todo el mundo tiene la suerte de tener un padre artista (modesto salió) y Marta, mi sobrina según esa teoría tiene suerte al cuadrado: padre y madre pianistas profesionales. A ella claro se lo preguntaron antes, con dos años, y respondió muy seria: violín con palo. En su casa no hay roqueros, hay jazz y hay mucho ensayo de grupos de música clásica.
A sus padres les faltó tiempo para comprarle un violín de su tamaño para que jugara pero claro, lo del palo era la señal de que no era la época. A un violín es complicado sacarle notas y la niña se aburrió al poco tiempo. Ahora con 5 es de las mías: tambor. No le van a comprar la batería- yo tampoco llegué a aprender- y están en negociaciones con el piano o el violín.
Joshua Bell siempre dice que llegó al violín por sus padres: “Mis padres me introdujeron en el sonido del violín. No fui yo quien lo elegí”.
Hoy es un gran interprete, versátil y adaptado a la época. Toca con grandes orquestas como solista, grupos de cámara pero también toca en películas como “el violín rojo”, ha aparecido en Barrio Sésamo y es el violinista del experimento del metro de Washington.
Se le ocurrió a un periodista del Washington Post, se trataba de saber si la gente en un entorno no habitual reconocería la belleza, el arte y sería generosa con el artista. Con esas premisas se fue el 12 de enero de 2007 a una estación de metro con un Stradivarius del siglo XVIII y valorado en 3 millones de dólares a tocar Bach.
Leonard Slatkin, director de la Orquesta Sinfónica Nacional de EE UU, pensó que recaudaría unos 150 dólares y que, de mil personas, unas 35 se detendrían haciendo un corrillo, absortas por la belleza y unos cien echaría dinero en la funda del violín.
La realidad es que a los 43 minutos habían pasado ante él 1.070 personas. Sólo 27 le dieron dinero, la mayoría sin pararse. En total, ganó 32 dólares además de los 20 que le dio una persona que lo reconoció. En las imágenes se ve también como todo el mundo pasa de largo hasta que alguien se para.
El periodista Gene Weingarten's ganó el premio Pulitzer por este artículo.


Bell es un gran violinista y es un disfrute como toca a Chopin.

Feliz Finde

15 comentarios:

Alfonso Saborido dijo...

Una historia para pensar, joe. Tenemos el arte delante de las narices y no lo vemos, de lo cual deduzco, que o estamos ciegos y tenemos tanta prisa que no nos damos cuenta de las cosas, o de que hay cosas que no son arte, pero como nos dicen los entendidos que sí, lo aplaudimos.
No lo digó por esto, lo digo por algún arte abstracto incomprensible , no sé si me explico :)

Pilar Cita dijo...

Había oido la noticia, pero lo que más me ha gustado es la historia musical familiar.

Me parece muy importante crecer con el hábito de escuchar música y tener la oportunidad de aprender a tocar un instrumento.

Parece que si no pagamos por las cosas, no las valoramos. Es lógico, somos una sociedad infantil.

Un beso y ojalá algún día tenga la oportunidad de escucharte tocar el tambor :)

la+ dijo...

La de genialidades que nos perdemos por las prisas ....cuando voy a ranear, como estoy ociosa ,disfruto mucho de los artistas callejeros y los que tocan en el metro , me parece un lujazo

Qué envidia nacer en una familia de músicos ....yo tengo trauma , me hubiera encantado aprender piano ...mi madre se empeñó con el Ballet ( imagina el salero que yo tenia con las mallicas )

Un beso

Laura dijo...

Pues yo soy de las que se para y se le pasa el tiempo embobada si la pieza merece la pena, que de todo hay...
Recuerdo momentos memorables en Londres, una cantante de ópera que me dejó ensimismada, cuando me di cuenta, mi familia llevaba buscandome una hora y yo allí en un rinconcito de Covent Garden...me ocurrió lo mismo en Logroño haciendo el Camino de Santiago, en una calle un señor interpretaba tangos al son del acordeón, maravilloso. En Segovia un verano...uf...no hay prisas que valgan si escucho buena música termino perdiéndome...perdón, encontrándome.

Valentina. dijo...

Me ha gustado tu relato familiar. Y ese acceder a los instrumentos como un juego. Muy educativo.

Un beso, tamborilera.

SOMMER dijo...

Dios mío que gozada....

cierro los ojos y disfruto....

Te invito a visitar un post que dediqué (en cierta medida a Chopin) utilizando a mi personaje Sebastián Romero.

http://sommeralvarez.blogspot.com/2008/07/sebastin-romero-6.html

Besos

yoyoyo dijo...

lo del arte moderno, Alfonso, pues yo creo que como todo unas cosas te gustan y otras no. Fijate, recuerdo un concierto, en el teatro real de Madrid, cuando todavía no era para ópera, en el que el pianista tocaba con guantes y una fusta, el piano estaba con la tapa abierta porque también pulsaban las cuerdas y a mí me gustó. Esa pieza sonaba bien. Otras más "clásicas" pues no, es cuestión de bien o mal hecho y luego el gusto personal. Por lo menos es lo que yo pienso. Disfruta de las vacaciones!!!!!!!

yoyoyo dijo...

Tienes razón Sensai, a veces si no pagamos no lo valoramos. Recuerdo cuando se desmoronó la URSS que parte de los virtuosos de Moscú y muchos músicos rusos vinieron a las orquestas españolas. Los primeros meses no tenían dinero hasta que cobraban los sueldos y tocaban en las plazas de las ciudades a cambio de la voluntad. Era una gozada... pero los primeros días casi nadie los escuchaba o los daba dinero. En cuanto los medios de comunicación lo difundieron y aquellos chicos que tocaban en la calle pasaron a ser los virtuosos de Moscú... ganaron un montón de dinero. Asi somos querida.

yoyoyo dijo...

Es que lo de los músicos de Londres es maravilloso y bueno, toda clase de artistas: mimos, teatritos, poetas...
Cuando en julio estuve en Montevideo me llamó la atención también esas cosas. Se subían al autobús cantantes, guitarristas, poetas... pedían permiso al conductor para actuar y se presentaban, decían lo que iban a hacer y el motivo que solía ser difundir su arte, luego al terminar, como allí está prohibido pedir, decían que si queriamos podíamos contribuir a su formación o algo así y pasaban la gorra eso sí con una sonrisa y sin enfadarse si no se les daba nada. Me pareció una forma muy elegante y digna de hacerlo.

yoyoyo dijo...

Laurita, eso me pasa a mí, me pierdo/encuentro ante todo lo que suena. Si encima es debajo de un naranjo y con una cervecita... aquí ya se nos acabó el verano.

yoyoyo dijo...

No sabes las que armábamos Valentina. Pero sí, es una forma bonita y entretenida de pasar la niñez. Creo que ahora hay más tendencia a eso, a meter la música en la vida de los niños, por lo menos las escuelas de música tienen unas lista de espera tremendas. un beso

yoyoyo dijo...

Es puro deleite Sommer, como tu dices cerrar los ojos, olvidarse de todo y disfrutar. ¡qué pena dan los que no saben nada del polaco y no disfrutan de él! Rubinstein ná menos!!!!!!!!

yoyoyo dijo...

ey La+, que con todo lo que me he enrollado con todos, no sé si quedó claro que lo de los músicos de Londres y Montevideo era for you. Capici? no tengo ni idea si se escribe así jaja

Gu1ta dijo...

Yoyoyo tu relato familiar ha sido más que inspirador. Yo desde que tenía al Kinkin en la panza le he puesto música y ahora me ha salido cantante. Ya averigüé y en medio año empieza con el piano (que es lo que a mi me hubiera gustado, claro... porque lo del tambor... me asusta un poco jajaja). Bueno, le voy a dar a que elija, y eso sólo porque me has inspirado con tu historia.
Besos

yoyoyo dijo...

Kinkin es que es un genio. Si puedes influirle, algo que haga poco ruido! o que ensaye en casa de algún amiguito ;) besos