domingo, 26 de abril de 2009

con una pinza en la nariz

Supongo que es complicado estar en política y mantener los principios. Hay mucho que tragar. Pensaba esto cuando veía hace 10 días la manifestación de mujeres en Afganistán ante la nueva ley que no permite a la mujer ni los más elementales derechos. La nueva ley regula el matrimonio, el divorcio y la herencia para la población chiita del país. Incluye disposiciones que exigen a la mujer pedir permiso para salir de la casa, excepto cuando se trata de asuntos urgentes, el deber de "arreglarse" o "vestirse" para su esposo cuando se le exija, y el deber de no negarse a tener relaciones sexuales cuando su marido así lo quiera.
En pocas palabras permite la violación dentro del matrimonio. De delicadezas como violencia de género ni hablamos, claro.
Pensaba entonces en Carme Chacón, en nuestra ministra de Defensa. Una mujer comprometida con los derechos de la mujer y que tiene que mantener a nuestro ejercito allí, defendiendo a un gobierno que promulga esas cosas. Seguramente es preferible estar allí e ir empujando poco a poco a los dirigentes locales hacia la democracia y los derechos humanos.
Pero a día de hoy... estaremos con la nariz tapada y pensando en pajaritos mientras nuestros principios son pisoteados.

9 comentarios:

Laura dijo...

¿La nariz tapada? Somos como los Monos de Gibraltar: ni vemos, ni oímos, ni hablamos...

Anónimo dijo...

Gracias por este post, a veces nos olvidamos de lo que pasa más allá de nuestro país, pero es que lo cercano debe de ser lo primero. En cuanto al Gobierno español,prefiero no opinar...creo que en materia de Defensa, está un poco perdidito. Y teniendo en cuenta que el actual Presidente de EE.UU. ha pedido más tropas o más dinero a los Gobiernos Europeos, en lugares de interés estratégico o geopolítico para EE.UU., y nos parece estupendamente porque lo dice el Sr. Obama...pero esa es otra historia. Gracias de nuevo por tu sensibilidad. Besos.

dezaragoza dijo...

¿Y a eso nos hemos metido con nuestros impuestos?. Ni la nariz ni la boca me tapo yo.

Alfonso Saborido dijo...

Me encanta la política, y es verdad, hay que taparse muchas veces la nariz, más que por tragar, por estrategia.
Afganistán y los países islámicos no se cambian en tres días.
Pero bueno, no hay que irse muy lejos.
Una de mis últimas tapadas de nariz ha sido aquí, en mi ciudad, Jerez, y no discutiendo por la crisis, el paro o los temas de hoy. Sino porque a la Alcaldesa se le vio las rodillas en el pregón de Semana Santa, por ir con falda corta.
Y esto es España, en 2009.

migrante dijo...

Mmmm.... creo que lo único que hicieron fué poner en papel lo que ya se daba en los hechos.
Yo espero que ahora, que se dice públicamente con todo el desparpajo, se pueda hacer algo a nivel internacional para cambiarlo.
Pero claro, yo sigo creyendo en la gente y sé que, a mi pesar, si esto ocurre, llevará mucho tiempo.

A-B-C dijo...

Dudo que lo que interese a nuestro gobierno sea impulsar poco a poco los DD.HH. en Afganistán. Más bien tengo la sensación de que persiguen objetivos económicos, "esos sí bien merecen la pena".

Mannelig dijo...

En una entrevista con el principal impulsor de la ley, éste reaccionaba al estupor del periodista con argumentos del tipo occidente no nos entiende, pero esta ley es muy avanzada, porque obliga al marido a cuidar con toda dedicación de su esposa, a cambio de nada, una nimiedad a la que cualquier varón tiene derecho según consta en el Corán, etc, etc. Sería como intentar razonar con alguien segurísimo de que el mundo se creó en siete días, no existe punto de partida en el que establecer un contacto. Así que un gobierno puesto a escoger entre dos males, al final, pues... como decía el personaje de Craso en la película Espartaco, "la política es una profesión práctica..."

anselmo dijo...

Esta libertad que aquí tenemos y a la que estamos acostumbrado no la valoramos en nada. En muchos sitios tienen que luchar por ella díka a día y pagando un precio muy elevado...
Si es que vamos para atrás.

Anónimo dijo...

Muchas veces nos olvidamos de que en otros países, lo que nosotros consideramos 'normal', no lo es ni por asomo.

Una pena.