lunes, 1 de junio de 2009

Sonia Sotomayor

Según te acercas a Nueva York, desde la carretera, unas siluetas te resultan conocidas. Son las torres del Bronx que salen en todas las películas americanas que relatan el “hecho a sí mismo” que tanto gusta a los cineastas de Estados Unidos.
En una de ellas, en la realidad de hace 50 años, vivía alguien que tras estudiar becada en Princeton y Yale está a punto de jurar su cargo en el Tribunal Supremo de Estados Unidos.
Será la tercera mujer y la primera persona de origen latino en hacerlo. Sonia Sotomayor, recientemente propuesta por el Presidente Obama para el cargo, ejercerá de las dos cosas. Sabe que ser juez no anula su condición de mujer y “minoría” étnica en su país.
En 2002 su discurso en Berkley fue criticado por los conservadores que decían que eso es “racismo al revés”. Su frase más criticada marca su futura, esperemos, trayectoria en uno de los grandes tribunales del mundo: "Con la riqueza de su experiencia, una brillante mujer latina puede la mayoría de las veces llegar a una conclusión mejor que un hombre blanco que no ha vivido esa vida".
Una mujer que en el discurso de investidura de su anterior nombramiento- hace 10 años, como miembro del tribunal de apelación- nombró a los conserjes y las mujeres de la limpieza del edificio, tiene la suficiente sensibilidad social y personal como para esperar grandes cosas en un ámbito tan complejo como es impartir justicia.

11 comentarios:

Anónimo dijo...

Y la de detractores que le crecerán a esta buena mujer.Esperemos que los tenga bien puesto y nunca miré hacia los lados o hacia atrás.

dezaragoza dijo...

No vendáis la piel del oso antes de cazarlo. Esperad a ver qué hace.

Mannelig dijo...

Bueno, tampoco hay que dejarse cegar antes de tiempo. Ni ser mujer ni latina proporcionan necesariamente mejor discernimiento, que tenemos por aquí cada ejemplo de sentencias...

Gemma dijo...

Mannelig,de acuerdo, pero los "ejemplos de sentencias" últimamente en España, no vienen precisamente de mujeres...

migrante dijo...

Vuelvo a repetir la frase que utilicé con Obama: "si querés conocer a Carlitos dale un carguito".
Y no lo digo porque no la crea capaz, al contrario, y también sabes muy bien que soy una firme defensora de la mujer latina, sino porque mantengo la esperanza de que, en un futuro no muy lejano, se diga que fulanita o fulanito han asumido responsabilidades de tal magnitud, por su capacidad para ocupar los cargos y no por su condición religiosa, étnica o de género.
Pero por ahora... a desearle la mejor de las suertes en un mundo que no está aún preparado para ese cambio de actitud.
Bso.

yoyoyo dijo...

Me impactó la frase tan clara precisamente por eso, porque no se esconde. Lo políticamente correcto es no meterse en berenjenales y decir que la justicia es ciega, sorda y muda. la realidad es que la hacen las personas y que influye lo que son y lo que piensan.
Por otra parte no compara mujer latina con hombre blanco, compara mujer latina brillante con experiencia y hombre blanco que no ha vivido esas cosas.
Ya veremos qué hace, pero a priori parece una buena candidata.

migrante dijo...

Mmmm... estoy de acuerdo con que influye lo que son y lo que piensan, y las actitudes mostradas por ella son muy respetables y dignas de ejemplo, pero... me pregunto si un ser inteligente no tendría que haber dicho: una persona con experiencia puede sacar mejores conclusiones que otra que no la tiene.
Je, yo como siempre buscándole la quinta pata al gato, jeje.
Me encantan tus entradas porque me hacen pensar.
Bso.

Alfonso Saborido dijo...

Parece un signo de esperanza. Ojalá llegue lejos. Creo que el nombramiento es para muchos años, ya no dependerá del politico que estė.

yoyoyo dijo...

el nombramiento es vitalicio. Asi que salvo que se dimita, p'a siempre jamás

Mannelig dijo...

Hola Gemma, cuando escribí el comentario estaba todavía bajo el influjo de este artículo acerca de la reciente sentencia de una juez de Vigo...

http://www.xlsemanal.com/web/firma.php?id_edicion=4187&id_firma=8811

FERNANDO SANCHEZ POSTIGO dijo...

Espero que lo haga muy bien y no se deje influir por los lobbies norteamericanos. Un beso.