lunes, 5 de mayo de 2008

Atardecer en Dubrovnik; amanece en los Balcanes



Hace ya más de una semana, Dubrovnik nos recibió con este atardecer, primera foto (me he controlado y sólo he hecho 652, prometo no ser muy pesada enseñándolas) desde la playa del hotel.
Cuando nos planteamos el viaje a Croacia la intención era conocer un nuevo país que prometía la mezcla ideal para esta época y una semana larga de vacaciones: naturaleza, arte y cercanía.

Nada de eso ha faltado y responde a todo lo esperado. Ha habido algo menos esperado y es que una visita a una zona que ha sufrido tan recientemente una guerra afecta a nivel emocional. Han sido unos días intensos en los que hemos conocido Croacia y hemos hecho pequeñas incursiones en otros 3 países de la zona: Montenegro, Bosnia Herzegovina y Eslovenia.

La generación de nuestros padres recuerda lo que estaban haciendo cuando el hombre llegó a la luna y la nuestra recuerda las guerras de la ex Yugoslavia.
En mi caso concreto recuerdo perfectamente dónde estaba el 6 de diciembre de 1991, el día del gran bombardeo sobre Dubrovnik(La otra foto). Puente de la Constitución en Viena y en uno de los momentos más felices que recuerdo. También recuerdo el 2 de mayo de 1995, el día del bombardeo de Zagreb. Día madrileño, en Madrid y de fiesta también día personalmente feliz. No imaginaba, cuando veía por televisión las imágenes de una guerra, que unos años después personas que estaban viviendo aquella desgracia iban a formar hoy parte de mi vida.

Este año, en el que en mi ciudad se conmemora el 200 aniversario del 2 de mayo, yo lo pasé en Zagreb ciudad que pensaba en otras muertes. Por cierto y ahora que lo pienso, Beckham y yo tendremos que plantearnos en qué manera nos afecta haber nacido en un día tan proclive a los tiros.

Sólo han pasado 13 años de la finalización de la guerra en Croacia, menos en Bosnia Herzegovina y las heridas están poco a poco restañando. Es una guerra que pasó a 2 horas y media de avión de mi casa, en el patio trasero de esta Europa que no supo evitarla y que intervino tarde.
Lo que noto es que a todos los que de alguna forma lo vivieron les cuesta hablar de ello. Ni a los serbios, ni a los croatas, ni a los cooperantes internacionales ni a los cascos azules les sacas más de cuatro ideas sobre algo que tienen, eso se nota, tan presente.

Mi impresión personal, así en caliente, sin haber reflexionado todavía y por tanto dejándome llevar por las sensaciones, es que fue una guerra perfectamente evitable, que en cierto modo fue provocada por los egos de los dirigentes políticos de la época en esa zona que metieron a sus pueblos en una situación que esos ciudadanos no querían. No tengo tan claro que haya unos buenos buenísimos y unos malos malísimos, creo que como en todo, hay claros y oscuros, matices y malos, malísimos políticos que no valoraron la transcendencia de sus actos en ese momento y dieron más importancia a su propia persona que a los ciudadanos que los habían votado. Hubo mucho sufrimiento, todavía lo hay, y muchas personas tratando de olvidar. La mayoría está en ello, en curar las heridas, en reestablecer lazos con los vecinos y en vivir y ser felices que es de lo que se trata.
Támbién hay quien se ha instalado en el rencor y parece vivir solo para el odio. Es dificil perdonar, olvidar es imposible pero quizás no sea la mejor forma de estar en este mundo el quedarse en el pasado sin mirar al futuro.
Me he traído grandes sensaciones de estos días. Tengo la certeza de lo mucho que los balcánicos se parecen entre sí y lo poco que se diferencian de nosotros, tienen mucho de mediterraneos (amor a la familia, ganas de disfrutar, forma de entender la vida) y menos de eslavos (pero se nota que lo son y es lo que nos diferencia). Creo que están empezando a salir de la crisis que supuso una guerra y la constitución de nuevos países y que son una zona a tener en cuenta en la formación de esta Europa siempre en reconstrucción.

2 comentarios:

eFi dijo...

Todas las guerras para mi gusto son evitables, así como los regímenes dictatoriales y todo aquello que sea la expresión del ego de algunos pocos, en perjuicio de muchos.

De todas maneras, Dubrovnik siempre bella!!!

Beso

Calimero dijo...

Coincido con Efi en que todas las guerras som evitables y casi siempre responden a egos desatados que nadie ha querido controlar. ¡Quiero ver más fotos de tu viaje! No conozco la zona. Besos