domingo, 8 de noviembre de 2009

Die Mauer

Era un muchacho rubito y tímido. Estudiaba físicas en Heidelberg, una de las grandes universidades de su país.
Nos conocimos en Madrid, nos presentó un amigo suyo. Su amigo iba para médico, hablaba bastante bien español por una estancia larga con Médicos sin Fronteras en Nicaragua. El no, era su primera semana en España.
Fue una tarde intensa en la que entre cervezas hablamos de muchas cosas. Era extraño, diferente. Mientras los demás reíamos y arreglábamos el mundo, él se abstraía a ratos. Sobre todo cuando la conversación se centró en la RDA, la otra Alemania.
Faltaban pocos años para la caída del muro en su ciudad. Este berlinés nació en el lado "bueno" pocos meses después de la separación física de la ciudad.
En el otro lado estaba parte de su familia, por ejemplo su abuela. Hasta hacía poco tiempo no había podido visitarla. Ahora sí, unas pocas veces al año podía ir en transporte público a visitarla. Ella en cambio no conocía más que por fotos su casa. No recuerdo muchos detalles sobre la manera en que la familia se separó.
Era hombre de distancias cortas. Poco a poco salimos de la conversación general y hablamos a solas. Por aquella época ese tema, el de las dos Alemanias, me apasionaba.
Los del Este montaban en nuestra universidad coloquios, exposiciones, daban becas para visitarles... siempre me pareció mucho esfuerzo a cambio de nada.
Aproveché para ver la visión de primera mano y él contestó a todo. Me dio su opinión y su conocimiento. Fue una tarde interesantísima para mí pero agotadora para él.
No volví a verle. A su amigo sí. Este muchacho no debió pasarlo nada bien con aquella conversación.
No sé por tanto dónde estaba él o su abuela en el 89 o que es de ellos hoy en día.
Son varias las generaciones de alemanes marcados por la 2ª guerra mundial, por sus efectos. Puestos a recordar, ahora mismo vuelvo a ver las caras de los padres de mis amigos alemanes cuando hablábamos de estas cosas. Sentimiento de culpabilidad colectiva durante muchos años, ser a la vez verdugos y víctimas.
Años, a partir de los 60, en que el país se había recuperado económicamente, en los que ellos habían sacado adelante su vida pero se sentían inferiores al resto del mundo, incapaces de enfrentarse con su vergüenza.
Es complicado ver el tema del Muro de Berlín o de la 2ª guerra mundial sin ver el sufrimiento de todos, también el de los alemanes. Quizás sería bueno tener algunos referentes previos, de cómo se forjó todo anteriormente.
Por aquella época me gustó el libro de Döblin "Berlin Alexanderplatz", posteriormente llevado a imágenes por el genio de Fassbinder. Si alguien piensa que será más corto ver la peli... al loro que son 15 horas, realmente es una serie para la televisión.
Es el libro que me describió el complicado carácter alemán. Siempre caemos en tópicos: cuadrados, trabajadores, tenaces. En esa novela se ven muchos más matices. Lógico.
Son retazos, trocitos de mis pensamientos ante el día de mañana, cuando llevaremos 20 años todos los europeos unidos, sin bloques. 20 Años que no han sido fáciles y en los que hemos tenido guerras, disputas etc pero el hecho histórico de aquel muro desarmándose, de aquellos berlineses pasando de lado a lado permite que hoy con la misma moneda paguemos un café en Madrid o en Helsinki. Los derechos y libertades sean los mismos en Praga o en Roma. La crisis del 2009 se note en Lisboa o en Tallín. Todo ello buenísimo. No veo nada malo en la caída de aquél muro.

The Wall by Pink Floyd

14 comentarios:

migrante dijo...

Es bueno que hayas tenido la oportunidad de hablar con alguien que lo vivió en carne propia, yo hubiera querído tener una igual cuando pocos meses antes de la caída del muro estuve en Berlín, de un lado y otro del muro, pero el idioma y el miedo de la gente fué un impedimento.
En ese momento, visto como la turista atípica que soy fué duro por lo cual celebré la apertura de fronteras como si se tratara de mi propio país.
Hoy me debo volver, para vivir la ciudad pero sobre todo para percibir los sentimientos de su gente después de estos 20 años.
Bso y buena semana.

dezaragoza dijo...

Hay muchos peros a nivel "local" en Alemania. Había tres vías y eligieron la de occidentalizar a la parte oriental sin preguntar a nadie y sin preguntarse si había cosas buenas y aprovechables de estas. Un retraso de 20 años que ahora tímidamente empiezan en Alemania a entender (y solo una minoría).

Laura dijo...

Me cogió de lejos, es decir, lo que cuentan los periódicos, la Canción de Nino Bravo, he leído poco del tema y aún así, jamás estaré de acuerdo con ningún muro, con ninguna valla...prefiero los puentes.

LA UNA Y LA OTRA dijo...

Estuve en Berlín tres meses después de la caida del Muro, por aquello de no perder un momento histórico. Incluso pude arrancar un trocito que tengo guardado por algún sitio.
Como antes no lo había visto, no es que me impresionara mucho a menos que echara mano de mi imaginación y de las cosas que había leido y escuchado pero si que me quedé apabullada por dos cosas:
1.- En las principales calles donde había estado el Muro, si observabas el suelo ¡no había ni rastro!. Ahí me asombró la eficiencia germana.
2.- Hice una excursión "al otro lado" que por los edificios y demás me gustó mucho más que el otro, pero el "ambiente" y la gente era totalmente distinta, parecían dos paises cada uno de su padre y de su madre como, por otro lado, así habian sido.
3.- Por desgracia me reafirmé en el (mal) carácter, no de los alemanes, sino de los berlineses "democráticos". Dios, que malísima experiencia tuve, toda la semana discutiendo: en el hotel,en los restaurantes,en las tiendas.... Menos mal que hace poco una amiga alemana de pura cepa y de Friburgo me confirmó que en realidad no eran ni muy simpáticos, ni muy hospitalarias, aunque supongo que habrá excepciones como en todas partes.

http://www.libros-literatura.com/inicio/

Anónimo dijo...

Así que casi coincidimos en banda sonora,eH?

Sese dijo...

es que lo que separa a los hombres, y los une, son las ideas, la caída del muro sin duda ha ayudado a unir a hermanos de patria. Pero deben quedar las secuelas. Tomo nota del libro y se me ocurre la película good bye lenin.

Un abrazo

MFe dijo...

Me anoto el libro! parece interesante. Y como dice Sese, si no has visto la película Good Bye Lenin, merece la pena. A mi me encantó.

Un beso.

Como te lo digo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Como te lo digo dijo...

Siempre me ha interesado la historia!
Gracias por esta entrada y la recomendación del libro ;) a ver si busco un hueco para leerlo..

Un abrazo frailecilla ;)

Muaaaaaaa

Alfonso Saborido dijo...

Claro que fue bueno, todo lo que sea caer un muro, además tan simbólico como aquél. Yo admiro al pueblo alemás. Quedó destruido. En cuerpo y alma. Y ahí están.
Ya no tenemos muro, ahí. Pero están construyendo otro muro, los mismos que sufrieron la violencia en aquellas tierras alemanas de la segunda guerra mundial.
No aprendemos. La táctica de los violentos. Levantar muros y destruir puentes. Qué pena.

yoyoyo dijo...

Merece la pena visitar Berlín ahora. El cambio para un turista es espectacular. Besos, migrante.

Es una de las cosas que más nos llamaron la atención a todos, la forma natural en que se ´tragó la parte del oeste a la este sin que nadie se planteara otra cosa.

yoyoyo dijo...

Muchos puentes nos faltan Laura, y los que intentamos construir se nos caen, estoy pensando en el que este finde se cayó en Andorra, casi una metáfora.


la UNA y la OTRA, me parece una forma interesante de ver las ciudades, a través de sus gentes y sus formas de actuar.

yoyoyo dijo...

La mismita ,Menda ;)

Muy buena película Sese. Muy recomendable

yoyoyo dijo...

El libro es triste pero muy interesante. Si tienes paciencia Alma mater, es tu libro jeje


Anda que foto te has plantao como te lo digo jaja


Lo del muro de Israel tiene tela Alfonso, claro que sí.