martes, 1 de abril de 2008

Día internacional de la diversión en el trabajo



Este pobre poco se va a divertir. Los demás vamos a intentarlo, al menos hoy, que es cuando toca.
Trias de Bes en 2005 (El País):

Flexibilidad, autonomía y creatividad son los términos de moda en la actual cultura empresarial. En esta misma línea, el humor y la risa se están perfilando como excelentes herramientas para mejorar la productividad y el clima laboral de cualquier tipo de empresa o negocio.
La cultura de empresa se refiere a los valores y comportamientos que subyacen en una organización empresarial. En los años ochenta y noventa dominaba en las empresas un aire de seriedad y rigidez, donde términos como productividad, competitividad y sinergias formaban parte del vocabulario de los entonces totemizados ejecutivos agresivos.
Hoy día, los términos de moda son flexibilidad, autonomía y creatividad, y los ejecutivos calco de la película Wall Street han tirado sus corbatas a la basura porque lo que se lleva ahora es vestirse casual. Parece que esta relajación no ha servido demasiado, pues los estudios sobre el origen del estrés apuntan al trabajo como la primera causa del mismo y el ritmo y presión laboral no ha hecho sino aumentar.
Quizá sea éste el motivo de que una nueva corriente esté asomando por el mundo empresarial: la de utilizar la risa para mejorar la productividad y el clima laboral. Recientemente apareció en este mismo suplemento dominical un reportaje sobre la risoterapia, una forma de terapia que utiliza la risa como método de sanación. La psicología clínica ha venido exportando sus métodos al mundo de la psicología empresarial y esta vez no ha sido diferente.
Medir el humor. Muchas de estas innovaciones organizativas provienen de Estados Unidos, donde se ha incorporado al tradicional IQ (intelligence quotient o coeficiente intelectual) y al más reciente EQ (emotional quotient o coeficiente emocional) el denominado FQ (fun quotient), que se traduciría como coeficiente humorístico. Así pues, algunas organizaciones han incorporado a las entrevistas de trabajo de sus procesos de selección unas pruebas psicotécnicas donde miden el sentido del humor o capacidades de reír de los candidatos.
Entre las empresas que aplican esta novedosa y sorprendente filosofía se encuentran la compañía aérea norteamericana Southwest Airlines o la pescadería de Seattle Pike Place Fish, que se ha convertido en la más célebre y visitada del mundo. En ella, sus empleados abrazan a sus clientes, gritan, cantan y hasta lanzan el pescado por los aires antes de envolverlo. El caso de esta pescadería dio lugar al best seller Fish!, en el que se relata la historia de este negocio y cómo trabajar bajo condiciones de diversión aumenta la productividad, produciendo mayores beneficios a las empresas.
Productividad optimista. Más allá de estos ejemplos un tanto extremos, está probado que trabajar en entornos en los que se favorece el humor, se da espacio a la espontaneidad o se permiten y promueven las risas genera multitud de resultados positivos. A saber: elimina el estrés, aumenta la productividad, es fuente de motivación, estimula la imaginación y favorece la fluidez de la comunicación entre los diversos miembros de la organización. Asimismo, mantiene alta la autoestima de los trabajadores, asegura el optimismo y se reducen los miedos o angustias derivados de los resultados del trabajo.
Restar dramatismo. Naturalmente, promover el humor en las empresas no significa tomarse a la ligera las responsabilidades, los proyectos o los clientes. De lo que se trata es de restar dramatismo a lo cotidiano, de situar en su justa medida las expectativas negativas que a menudo nos creamos en el desempeño profesional, de aprender a reírnos de nosotros mismos, a la vez que nos tomamos en serio nuestro trabajo. Algunas de las técnicas recomendadas pasan por enseñar a los trabajadores a pensar en clave de diversión, por estimularles a adoptar una actitud lúdica. Para ello se organizan concursos de ideas divertidas, se premian las anécdotas más graciosas de la semana, se permite que circulen pifias de los jefes, quienes deben ser los primeros en reírse de ellas y explicarlas al resto, y un largo etcétera.
Hay incluso expertos en transformar empresas serias, aburridas, deprimentes y tensas en organizaciones alegres, afables, estimulantes e imaginativas. Varias de estas consultorías y profesionales operan ya también en España.
Humor y creatividad. A primera vista, todo lo expuesto puede parecer anecdótico y de dudosa eficacia. Pues no es así. Desde los griegos (incluido Aristóteles), multitud de filósofos, sociólogos y psicólogos (también el propio Freud) han investigado sobre el humor y sus beneficios. Existen en la actualidad varias asociaciones científicas especializadas en esta materia, como la ISHS (International Society for Humor Studies), que desde 1976 lleva organizados un buen número de congresos que han reunido a científicos y médicos para tratar del tema. En España, por ejemplo, la Fundación General de la Universidad de Alcalá de Henares ha impulsado varios proyectos relacionados con esta disciplina.
De hecho, los expertos en creatividad han establecido un paralelismo absoluto entre el humor y la esencia del pensamiento creativo. Y es que la creatividad funciona bajo los mismos mecanismos que un chiste. En ambos casos se trata de conectar dos ideas aparentemente inconexas.
Si yo digo que “una flor no se muere nunca”, habremos de establecer un nuevo paradigma bajo el cual eso sea posible (por ejemplo, una flor artificial o de tela). En un chiste, el mecanismo es el mismo. Se expone una situación absurda para que quien escuche descubra el paradigma que le da sentido. Por ejemplo, en la escuela, la maestra dice: “A ver, Javier, ¿cómo te imaginas la escuela ideal?”. “¡Cerrada, maestra!”. En este caso, el nuevo paradigma es que para Javier no existe adjetivo posible para una escuela que tanto aborrece.
Es pertinente preguntarse si es posible reírse cuando las ventas van mal o cuando una empresa pierde dinero. Cierto es que en la vida y en los negocios hay situaciones en las que es imposible reírse. Sin embargo, me quedo con el ejemplo que nos dio uno de los maestros del humor, quien para una de las peores situaciones también imaginó un chiste. Me refiero a Groucho Marx, en cuya lápida reza el epitafio: “Señora, perdone que no me levante”.

"Como se sabe, a los monjes de la Edad Media les estaba prohibido reír. Sin embargo, hoy día un niño ríe 300 veces al día y al llegar a adulto reirá solamente 15. Es una pena, porque un minuto de risa equivale a 45 minutos de relajación, una carcajada mueve más de 400 músculos, reír libera endorfinas (un sedante natural del cerebro que logra efectos similares a los de un analgésico). La risa también estimula el bazo, elimina toxinas, lubrica y limpia los ojos, hace vibrar la cabeza, despeja nariz y oídos, ayuda a hacer la digestión y reduce los ácidos grasos."

3 comentarios:

Anónimo dijo...

A esa hora, andaba yo pensando justamente en todo eso..... como hacer para promover el buen humor en mi empresa. Y pensando en que mierda me depararia el estrés que yo no busco... en fin... a las siete y media de la mañana........tamos mal eh?
Un abrazo Cris

yoyoyo dijo...

ja, ja, y en estimular el bazo también. Un beso

Calimero dijo...

Me ha gustado especialmente este post proque me he sentido identificada. ¡Humor en el trabajo, menuda ironía! Trabajo en un lugar donde se supone que nos dedicamos a entretener y divertir a la gente. Y nuestra realidad interna es todo lo contrario: broncas, amenazas y palos de un jefe inepto, maleducado, autoritario y lleno de complejos que intenta superar machacando a sus empleados. ¡Y se supone que hacemos humor!. Besos